Asesoramiento de personas en cuarentena sobre lo que realmente necesita y cómo hacer que la vida funcione.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado oficialmente que COVID-19 es una pandemia, y si ha estado esperando poder ignorar el coronavirus y desaparecerá sin afectarlo a usted ni a su familia de ninguna manera, eso parece cada vez menos probable. Pero eso no quiere decir que necesite comprar un congelador y construir un almacén en su patio trasero. Entonces, ¿dónde deberías comenzar y cómo puedes acercarte a la preparación sin volverte loco?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han ofrecido orientación sobre cómo prepararse para un brote cerca de usted, incluyendo hacer un plan con su familia, practicar buenos hábitos de salud e higiene y consultar a personas vulnerables en su comunidad. También han instruido a las personas en grupos de riesgo (como los inmunocomprometidos, los ancianos y aquellos con afecciones de salud crónicas) para que se abastezcan de suministros como alimentos no perecederos.
Dado que las cosas se mueven rápidamente, no es una mala idea abastecerse un poco antes de que el virus llegue a su área, ya que el distanciamiento social (que puede incluir limitar sus visitas a, por ejemplo, supermercados y farmacias abarrotados) es una medida preventiva muy útil, y Es posible que tenga que ponerse en cuarentena con un aviso limitado. En caso de que tenga que esconderse por un tiempo, esto es lo que puede necesitar para hacerlo, bueno, apesta menos, según los consejos de expertos y personas que realmente han estado en cuarentena.
Una lista de compras sensata
"Se trata de abastecer su despensa de una manera inteligente, pero también de cocinar con las cosas que ya tiene en la casa", dice Dawn Perry, un escritor de alimentos que actualmente trabaja en un libro de cocina de la despensa. Aquí está su resumen rápido de lo que puede necesitar, incluidos alimentos básicos y potenciadores del sabor para que no se quede solo comiendo frijoles negros de una lata:
Granos secos: arroz, quinua, avena, harina de maíz (para polenta).
Frijoles: secos o enlatados.
Pescado en conserva: atún, sabrosas latas de sardinas ahumadas o caballa.
Un par de variedades de mantequilla de nuez y tahini.
Harina (puede agregar agua, sal y un agente leudante como bicarbonato de sodio o polvo para hacer galletas, tortillas y galletas).
Huevos.
Cebollas (se mantienen durante semanas cuando se almacenan en un lugar fresco y oscuro).
Ajo.
Patatas.
Cereal en caja.
Verduras resistentes: brócoli, apio, zanahorias y col rizada (se mantienen frescas durante mucho tiempo en su refrigerador).
Plátanos (cuando comienzan a girar, congelar para batidos o hornear en pan de plátano).
Guisantes congelados (agregar a sopas y pastas).
Salchicha congelada (solo un enlace puede ser muy útil para agregar sabor a un plato).
Bolsa de camarones congelados.
Pan rebanado (póngalo en su congelador, durará mucho tiempo).
Potenciadores del sabor: salsa de soja, mayonesa, salsa de tomate, mermelada de frutas, mostaza Dijon, queso parmesano, aceitunas, alcaparras.